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Una buena propuesta, me consta. |
Soy padre, me preocupa la formación deportiva de mis hij@s y que ocupen su tiempo de ocio con actividades positivas, que contribuyan a su formación integral. Al inicio del curso procuramos que las actividades extraescolares cumplan con los objetivos que nos hemos planteado (desde el punto de vista educativo, formativo, temporal…) y nos metemos en la rutina.
Pero cuando termina esa
rutina volvemos a la disyuntiva de como organizar la “rutina veraniega”, rutina
por otro lado con dificultades diferentes a la de temporada. Para empezar al no
haber colegio, hay que “llenar” el día, no solo las horas extraescolares, lo
que complica las decisiones y lo que hace más difícil conciliar la vida laboral
y familiar para aquellas parejas en la que trabajan los dos.
Si eres de los que tienen “pueblo”,
estas de enhorabuena. No hay mejor manera de pasar un verano que realizando la
multitud de opciones que da un entorno tan rico tanto desde el punto de vista
social (“compañeros de fatiga” diferentes de los habituales) como deportivo
(practicar otras modalidades deportivas y tipos de ejercicio físico) o desde el
punto de vista medioambiental (el entorno natural permite desarrollar gran número
de actividades físicas y por supuesto complementado con una educación ambiental).
Si no cuentas con esta opción,
en principio poco organizada pero tremendamente rica, deberás dedicarle un poco
de tiempo a establecer esa rutina veraniega para tu-s hij@-s.
Desde mi experiencia te
diría que:
1.- procures que tu hijo
integre algún deporte en esa rutina que no practique habitualmente. ¿Para qué? Para
mejorar su coordinación, para que sus músculos trabajen de manera diferente… en
definitiva, para que enriquezca su esquema motor.
2.- No olvides las
actividades acuáticas, y en especial la natación. Si tu hijo no es nadador, el
verano es un fantástico momento para que mejore su técnica de nado (algo que va
más allá de una práctica deportiva), se mueva en un medio (el agua) no habitual
y pueda cumplir con los objetivos del anterior punto.
3.- Si te lo puedes
permitir, compagina actividades dirigidas (campus, campamentos, cursos
intensivos…) con practica libre. En la primera opción la carga de actividad la
marcan unos profesionales, y en la segunda, tu hijo. A veces la carga que se
autoimpone tu hijo es un poco baja, digámoslo así.
En la actualidad hay
infinidad de opciones: públicas, a través de ayuntamientos, diputaciones y
comunidades autónomas; privadas a través de entes deportivos como clubes y
federaciones y empresas dedicadas a la organización de actividades.
Así de “sencillo”. Si eres
padre o madre y no lo has hecho, ponte manos a la obra. Si eres tí@ o abuel@ ya
sabes que le puedes regalar a tu sobrin@ o niet@: DEPORTE
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