No es la primera vez que tratamos el tema de la iniciación deportiva de los niños y del papel de sus padres. Este es el mejor momento del año para reflexionar sobre ello. Iniciamos un nuevo curso, una nueva temporada. Es momento de "reordenar" la rutina familiar y de compaginar lo escolar con lo extraescolar y conciliar esa rutina con lo familiar. Casi nada.
El deporte es un medio. Permite a nuestros hijos ocupar su tiempo de ocio de forma positiva, desarrollar una actividad saludable, compaginarla corectamente con su desarrollo motor, convivir con una serie de valores... En definitiva, contribuir a su educación integral.
¿Por donde empezamos?
1.- Si tu hij@ no practica ningún deporte, es el momento de cambiar. Busca uno que se amolde a sus características personales. Deportes colectivos, individuales, artes marciales... ¿Qué necesita tu hij@? ¿Qué le gusta? Haz una primera criba y quédate con 3-4 deportes diferentes. Habla con él y dejále que decida, así asumirá el compromiso de su elección.
2.- No tiene porqué practicar un único deporte, sobre todo en las primeras edades. Cada deporte tiene sus propias características, y la práctica de varios, multiplica sus beneficios. Un consejo, que al menos uno de ellos tenga un componente alto de actividad física. Y que lo-s compagine con actividades de otra naturaleza (música, idiomas...)
3.- Infórmate sobre la oferta de tu entorno. En la actualidad hay infinidad de opciones: públicas, a través de ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas; privadas a través de entes deportivos como clubes y federaciones y empresas dedicadas a la organización de actividades.
4.- Estudia la oferta. No elijas la actividad más cómoda para ti sino la mejor para tu hij@. Busca la calidad de la actividad en función de la formación y experiencia de los monitores/entrenadores y la solvencia del ente que la presta. Huye de grupos excesivamente numerosos.
5.- Habla con el responsable del grupo de tu hij@. Su perfil debe ser educativo, no adiestrador, esos para el circo. Si no te gusta, no lo dudes, busca otro lugar. Desafortunadamente, aún hay entrenadores/monitores que confunden el deporte escolar con el de alto rendimiento.
6.- Muestra a tu hij@ el interés que tiene la práctica deportiva y motivale hacia ella. Que vea que te importa, que no es un "aparcamiento".
7.- Respeta la organización y al entrenador que TÚ has elegido. Es fundamental para la educación de tu hij@ y para su motivación.
8.- No cometas el error de castigar a tu hij@ sin ir a entrenar cuando las cosas en el cole vayan mal. La práctica deportiva le ayuda a estructurar bien su rutina. Abandonar esa práctica le hará perder el tiempo. No conseguiras tu objetivo. Busca otras alternativas.
9.- Vigila el comportamiento de tu hij@ durante la competición. En exceso, mal entendida o mal enfrentada puede ser fuente de problemas, de estres y desmotivación. Minimiza su efecto. A competir tambien hay que aprender y que mejor manera que de manera simulada, estandarizada y controlada. Eso no quita para que seas crítico con la actuación (buena o mala) de tu hij@, siempre desde un punto de vista constructivo, educado y proporcional, y en casa.
10.- Para completar el decalogo, y dirigido a ti, personalmente: Da ejemplo y como decían en "La Bola de Cristal" allá por el siglo XX: "Haz deporte, no eches tripa, participa". ¡Qué cunda el ejemplo!
El entrenamiento y la competición son fuente continua de aprendizaje y de creación de hábitos saludables. Aprovechemos algo tan cercano y asequible. Nuestro papel como padres es fundamental, por encima de gobiernos, federaciones o medios de comunicación. Somos responsables de la educación de nuestros hij@s. Y en lo deportivo, también.
Es opinión, espero vuestros comentarios.
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