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Para todos los públicos |
Hace 17 años participé en la
creación de una prueba de carácter popular. Nunca antes en nuestro país se había celebrado una prueba de 100 metros, por series, categorías… con
cámara de llamadas incluida, como en la pista. Nacía el 100
popular.
Participé en la creación, en
la organización y participé como atleta. Hoy lo han hecho mis tres hijos por
primera vez y he de reconocer que me ha emocionado. He tenido la ocasión
gracias a su madre (la de mis tres hijos), a la abuela y a la bisabuela de
estar solo entre los participantes y acompañantes (“a mi bola”).
Y he pensado en las personas
que dan a cambio de nada. Bueno, a cambio de satisfacción. He pensado que sin
esas personas el deporte sería otra cosa (como en otros ámbitos de la sociedad).
Es más, desafortunadamente cada vez hay menos personas dispuestas a “pringarse”
y eso se nota en los objetivos y el “cariño” con el que se hacen algunas cosas.
Pero cuando esas personas
son de las que has aprendido, son las que te han acompañado, son a las que has
intentado ayudar, te sientes orgulloso. Orgulloso de una familia que 20 años
después y pese a los cambios saben distinguir entre lo que es importante y lo
que no lo es tanto.
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100 series de 100 metros en el 100 Popular |
He visto en la grada niños, madres y
padres ilusionados. He visto personas de las que han dado, de las que dan… y de
las que nunca lo han hecho. Si hace un par de semanas decía que no me fiaba de
los que callaban, lo hago extensivo a los que no dan.
Pero este no es el motivo de este post,
aunque si que quería aprovechar la reflexión para “recordar a los míos”.
Lo que pretendo poner sobre
la mesa es lo que no se ve cuando somos participantes. Para bien o para mal
(ese es otro debate) gran parte de nuestro deporte pivota sobre el
voluntariado. Los clubes de carácter amateur son la base de nuestro deporte. Se
encargan de la formación de los jóvenes deportistas, organizan pruebas de
carácter popular, eventos sociales… y lo hacen con ilusión, su verdadera
gasolina. Y esta buena gente te la
encuentras en todas las ciudades y pueblos por grandes o pequeños que sean y en
todos los deportes.
Cada vez es más complicado
sacar adelante una organización amateur: seguros, permisos, comunicación,
gestión, organización de grupos, liderazgo…la diferencia con una organización
profesional es ínfima, quizá (principalmente) la diferencia esté en el volumen,
en el tamaño de lo que se mueve.
Hay muchas organizaciones
que empezaron siendo algo pequeño y se han convertido en auténticos monstruos
del deporte: carreras, pruebas ciclistas, marchas… ¿Dónde y cuando se puede /
se debe pasar de una organización amateur a una profesional? Creo que la
decisión está en el “alma” de la prueba, en las personas que crearon la prueba,
sabiendo y reconociendo sus límites. Y otra opción es no crecer más y mantener
la prueba tal y como se “parió”. Lo profesionalizado y lo amateur pueden convivir, estoy convencido.
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La medias maratones también suelen empezar siendo pequeñas |
Hoy mi reflexión va por
ellos. Porque sigan haciendo grande nuestro deporte, porque sin ellos lo que se
ve en la tele sería menos. Y entre nosotros, porque sois el verdadero deporte,
donde se pueden ver los valores que todos buscamos para nuestros hijos.
Trabajemos todos, cada uno
desde su lugar, para que la crisis no se lleve vuestra ilusión. Sin ella, habrá sitio solo para unos pocos.
Es opinión, espero vuestros
comentarios.
Fotos: www.larioja.com
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