Ayer mismo presencié una conversación en
la que un entrenador de decía a un padre lo bien que ejecutaba su hijo
diferentes técnicas de su deporte. El padre le respondió que eso era por que se
le corregía lo justo. Sinceramente creo que fue una buena respuesta.
Todos
sabemos que el deporte escolar cumple diferentes funciones relacionadas con la
educación, la creación de hábitos saludables, la ocupación positiva del tiempo
de ocio, la salud... y la competición puede (y sinceramente creo que debe)
formar parte de todo eso. Pero como todo, bien entendida y aprovechando sus bonanzas. Sin querer entrar
al valor de la competición, hay un aspecto de esta que tiene una gran
importancia: La forma de relacionarse del entrenador con los deportistas
escolares durante el hecho deportivo. Su papel es fundamental para que el niño
aprenda, mejore, se motive... y gran parte de esa relación se basa en la
corrección que se realiza.