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Bosco, estudioso de la fuerza, se "pasa" al deporte de equipo |
Vivimos en “base” 10, en
base decimal. Décimas, centésimas, miles, millones… hasta en las notas del
cole. Será por qué tenemos 10 dedos, será por motivos históricos… lo cierto es
que solo las docenas de huevos se escapan a esta lógica (quizá alguien nos
pueda decir por qué). Sin querer ser exhaustivos en este concepto, sí que sirve
para introducir la reflexión de hoy.
Tradicionalmente hemos
entrenado en “base” aeróbica. Todos los deportes, todas las modalidades se
lanzaban a correr y correr. En deportes de equipo carrera continua, series de
1000 metros… ¡¡Velocistas y saltadores lo hacían hasta no hace muchas décadas!!
Parece que cada vez más todo
el mundo tiene claro que la inmensa mayoría de los deportes poseen una
característica común: Son deportes de fuerza rápida o de fuerza velocidad. Los
gestos técnicos, situaciones de juego o las pruebas en si duran pocos segundos.
Después sí, se repiten en el tiempo o no. Por ejemplo un partido de fútbol dura
90 minutos y se suceden infinidad de “momentos de fuerza velocidad”, por lo
tanto construyamos jugadores fuertes y rápidos y entrenemos la resistencia a
esa fuerza velocidad, y no la resistencia aeróbica. Parece lógico. Pues
seguimos entrenando en “base” aeróbica, es decir, proponiendo cargas de
entrenamiento que desarrollan más el sistema energético aeróbico que la
efectividad contráctil de la fibra muscular. Para ser más gráficos, podemos
estar llegando al absurdo de llenar el depósito de nuestro “dos caballos” (¿Recordáis “la cabra”?) con queroseno para
aviones y no estar actuando en el motor, intentando mejorar su potencia (Quizá
prefiramos un Mercedes Diésel…).
Entrenar y desarrollar no
son dos conceptos sinónimos. Nuestro objetivo es mejorar las prestaciones del
deportista, para ello ENTRENAMOS DIRECTAMENTE, y debemos dar protagonismo, la
(resistencia) a la fuerza velocidad. Por otro lado la carga de entrenamiento
supondrá un DESARROLLO INDIRECTO de la resistencia específica de la modalidad
entrenada, por que jugar al balonmano desarrolla la resistencia especial que
necesita el balonmano. Todo esto no quita para que en momentos concretos o
puntuales se propongan estímulos de carácter más aeróbico (en pretemporadas,
entrenos “recordatorio”…), por que lo cierto es que entrenar el sistema
aeróbico mejora la recuperación.
Soy partidario de entrenar
en “base” fuerza, de sacarle “brillo” a la fibra muscular. De construir un
músculo altamente eficiente, que desarrolle la mayor fuerza en el menor tiempo,
que lo haga de manera coordinada para no lesionarse y que sea resistente para
soportar el tiempo. Prefiero el Mercedes Diésel .
Sé que hay muchos colegas
que no piensan así. Personalmente he llegado a esta conclusión por dos razones.
La primera, cuando era atleta corrí más cuando menos metros entrené. La
segunda, ahora que soy entrenador entreno en “base” fuerza (adaptándolo a la
prueba/deporte específico) y creo que los resultados son satisfactorios.
Entrenar en “base” fuerza
requiere de un buen conocimiento de los deportistas y de las técnicas a utilizar
y de una ponderación de las cargas adecuada. No es fácil, quizá también sea el
motivo de por qué se sigue corriendo y corriendo.
¡Ah! y la fuerza no son solo pesas... por si acaso.
Es opinión, espero vuestros
comentarios.
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