MI HIJO Y SU ENTRENADOR

Me ha sorprendido gratamente la cantidad de visitas a mi blog a raíz de la publicación del anterior post, sobre el papel de los padres en la iniciación deportiva de sus hijos, convirtiéndose en lo más leído de todo lo que he escrito en estos 2 meses de vida de “masrendimiento”. Gracias.

Siempre me ha gustado diferenciar, dentro del deporte escolar, entre los jóvenes deportistas, verdaderos protagonistas de la actividad, y los adultos que les acompañamos. Evidentemente la familia es el primer actor “secundario” donde se tienen que dar los ingredientes necesarios para que se tome la decisión de empezar con la práctica deportiva.


Pero, una vez tomada esa decisión, ¿Dónde practicar, donde llevar a nuestro hijo? Podemos pensar que cualquier opción es buena. El club del barrio, el colegio, las escuelas de la federación, un club potente de nuestro municipio… ¿Porqué no va a ser así?

Si algo he aprendido desde que tengo hijos es que, en la iniciación deportiva hay excelentes técnicos y algunos que no lo son tanto, al igual que en cualquier otro ámbito de la sociedad: abogados, pintores, albañiles, médicos… los hay buenos, malos y regulares.

Pero, ¿Qué hay que pedirle a un técnico deportivo? Para ser gráficos, diferenciemos entre adiestradores y educadores. Si damos por buena las premisas del anterior post, evidentemente buscaremos educadores. Que estén formados en el deporte en concreto, sin duda, pero que sean conscientes de que hemos dejado en sus manos un diamante en bruto que todo lo absorbe.

Como muestra un botón. Hace unos meses me toco ver como un entrenador de un equipito de futbol sala benjamín daba “ordenes” a sus chicos con un cigarro en la mano. ¿Educativo? Es un detalle que le inhabilita para llevar un grupo de jóvenes, no es consciente de lo que él representa para ese conjunto de chavales.

Son muchos los perfiles, mas allá de la formación deportiva, de los entrenadores o técnicos que se hacen cargo de nuestros hijos. Pero como digo, podemos diferenciarlos en los adiestradores, que no son conscientes del poder y de lo que les están transmitiendo a los más jóvenes y que únicamente piensan en lo “técnico, lo táctico y lo físico”. Y los educadores, que sí son conscientes de que su papel va mas allá de la transmisión de unos conceptos deportivos. 

Se dice que un niño es fiel reflejo de sus padres. Pues hay un momento en que también es reflejo de su entrenador, hasta tal punto que a veces, incluso su opinión es más tenida en cuenta por nuestro hijo, que la nuestra.

No dejes a tu hijo en manos de cualquiera. Se exigente con el perfil “oculto” del técnico deportivo de tu hijo, de esa manera, todos remaréis en la misma dirección.

He sido deportista escolar, federado e internacional. He sido entrenador de deportistas escolares, federados e internacionales. Y ahora soy padre. Y he visto y sufrido “adiestradores”, y he visto y vivido con “educadores”. Solo espero que si algún técnico se da por aludido con este texto, reflexione. Los entrenadores no deben ser protagonistas, solo facilitadores y el exceso de protagonismo denota que sus objetivos no son los que deberían ser.

Es opinión.

17 comentarios