Casi todas las acepciones del diccionario definen crisis
como “cambio a peor”. Lo cierto es que de las crisis de anteriores modelos
sociales vivimos nosotros, es decir el agotamiento de un modelo lleva al
nacimiento de otro.
Y en esas estamos, y no me refiero al deporte. Mucho se
lleva hablando de la crisis de valores, crisis política, crisis económica e
incluso crisis de la familia tradicional. Todo cambia, quizá poco a poco, si
darnos cuenta y ese cambio a veces es a mejor, a veces a peor.
¿Y el deporte? ¿Hacia donde va el deporte? Como movimiento
social vivo que es, está en constante cambio. Mientras que hace 50 años únicamente
se practicaban un puñado de deportes y su práctica únicamente se hacia bajo el ámbito
federado, en la actualidad más del 70% de la población dice practicar deporte
no reglado y las modalidades se han multiplicado. Por lo tanto los intereses
sociales han cambiado.
Paralelamente a ese cambio vemos como la práctica deportiva
imaginada por Coubertain “se parece como un huevo a una castaña” entre otras
cosas porque los tramposos (sean dopados, “amañadores” o corruptos) han
encontrado en tan noble actividad un espacio que no somos capaces de reducir.
Por otro lado, y también de manera paralela, el deporte más
profesionalizado va rompiendo sus lazos con el sistema deportivo tejido durante
los últimos 100 años, creando un deporte de dos velocidades: el independiente,
el que está por encima de los estados y el que necesita de la financiación pública
para seguir subsistiendo.
Si seguimos mirando, vemos unas administraciones públicas a
las que cada vez les es más difícil mantener la financiación a esas
estructuras, federaciones y clubes, algunos de ellos “reales”.
¿Quo vadis deporte? El concepto de deporte no ha cambiado,
su realidad si. Pero, ¿Hacia donde va? ¿Cual es el modelo que nos espera en el
futuro? El deporte se ha convertido en algo más que lo que sale en los medios
de comunicación. Tiene fuertes lazos que le une con la salud, con la educación,
con la economía…ha dejado de ser una práctica ociosa para convertirse en una
herramienta imprescindible y transversal para esta sociedad.
Y es ahora cuando vuelvo a las acepciones del concepto
crisis y me quedo con la primera de la RAE, “Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para
mejorarse, ya para agravarse el paciente”. Esta “enfermedad” tiene que
servirnos para “que mejore el paciente”, y no para que se “agrave”. Los
recortes, necesarios coyunturalmente, no son suficientes. Debemos empezar a
“repensar” el deporte para que “la práctica se parezca más a la teoría”, para
que el deporte sea más lo que queremos que lo que vemos. Y para adaptarlo a los
nuevos tiempos. El problema está en que el "hecho deportivo" depende de demasiados entes, agentes o intereses. ¿Cómo coordinar eso?
¿Pesimista? Todo lo contrario. Crisis es cambio y tenemos la
oportunidad de participar de él, cada uno desde nuestro lugar. Como dijo
Einstein: “En la crisis nace la
inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la
crisis se supera a si mismo sin ser superado. Quien atribuye a la crisis sus
fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas
que a las soluciones”
Es opinión.
La veda está abierta. Espero vuestros comentarios.
6 comentarios