El deporte no es ajeno al comportamiento humano, y por lo tanto, lo que es válido para la generalidad, puede serlo para lo deportivo. No, no vamos a hablar de religión, el administrador de este blog no lo permitiría y tampoco es mi intención. Cambiemos la palabra "pecado" por "falta", "culpa", "defecto", "mancha", "desliz", "infracción", "transgresión", "maldad", "vicio", "imperfección", "flaqueza", "perversidad", "vileza"... que son algunos de sus sinónimos y establezcamos un paralelismo entre la propuesta cristiana y el deporte. ¿Probamos?
SOBERBIA. Habitual en algunos de los comportamientos que vemos en deportistas: Enfrentamiento con un arbitro, mensajes a la grada, gestos, declaraciones... En cierta ocasión escuche una charla del responsable de marketing de Unicef. Cualquier deportista no puede ser embajador Unicef. Como es lógico la imagen que debe proyectar debe ir acorde a sus principios. ¿Conocéis alguno de estos embajadores que sean "soberbios"?... ¿Conocéis deportistas "soberbios"? Contra la soberbia, humildad.
ENVIDIA: Quizá más difícil de observar, se trata de comportamientos mas interiorizados. Según la RAE: "tristeza o pesar del bien ajeno". ¿se alegran los deportistas del mal ajeno? Supongo que como el resto de la humanidad, en ocasiones. Eduquemos deportistas generosos, no envidiosos.
IRA: Posiblemente la "version" visible de la envidia. El deportista debe saber sobreponerse a los contratiempos, a las dificultades y reaccionar con moderación, con humildad (sin soberbia).
PEREZA: ¡¡Ay del deportista perezoso!! que los hay, que se "apalancan", que se conforman con el estatus alcanzado... El deportista perezoso debe cambiar la inacción por la acción, debe proponerse una meta e intentar ser diligente en su consecución.
AVARICIA: La avaricia lleva al deportista a anteponer sus intereses particulares a los del grupo, sus intereses económicos a los deportivos. En el entrenador la avaricia lleva a "romper el saco", el que mucho abarca...
GULA: Según la RAE "exceso en la comida o bebida, y apetito desordenado de comer y beber". Deportivamente hablando, quizá podíamos establecer un paralelismo entre la gula y el exceso de celo en la alimentación, el exceso de suplementación...
LUJURIA: Para intentar "deportivizar" esta "falta", me quedo con la segunda acepción del diccionario; "exceso o demasía en algunas cosas". Y me viene a la cabeza la ostentación, el lujo al que algunos deportistas, a los cuales admiran muchos niños y jóvenes, nos tienen acostumbrados.
Pero, claro, un listado de pecados de hace más de 1500 años necesitaba una "actualización", y así lo hizo el Vaticano en el 2010, manteniendo los "viejos" pecados y sumándoles otros 7: realizar manipulaciones genéticas, llevar a cabo experimentos sobre seres humanos, contaminar el medio ambiente, provocar injusticia social, causar pobreza, enriquecerse hasta límites obscenos a expensas del bien común y consumir drogas. ¿Algunos también pueden aplicarse al deporte? Esa reflexión os la dejo a vosotros.
Por lo tanto eduquemos deportistas humildes, generosos, pacientes, entregados y estaremos educando personas válidas para la vida en sociedad, al margen de lo que digan las religiones.
Y por cierto, tú, ¿Cómo te ves?
Es opinión. Espero vuestros comentarios.
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