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Para todos los públicos |
Hace 17 años participé en la
creación de una prueba de carácter popular. Nunca antes en nuestro país se había celebrado una prueba de 100 metros, por series, categorías… con
cámara de llamadas incluida, como en la pista. Nacía el 100
popular.
Participé en la creación, en
la organización y participé como atleta. Hoy lo han hecho mis tres hijos por
primera vez y he de reconocer que me ha emocionado. He tenido la ocasión
gracias a su madre (la de mis tres hijos), a la abuela y a la bisabuela de
estar solo entre los participantes y acompañantes (“a mi bola”).
Y he pensado en las personas
que dan a cambio de nada. Bueno, a cambio de satisfacción. He pensado que sin
esas personas el deporte sería otra cosa (como en otros ámbitos de la sociedad).
Es más, desafortunadamente cada vez hay menos personas dispuestas a “pringarse”
y eso se nota en los objetivos y el “cariño” con el que se hacen algunas cosas.
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Muchos libros sobre esta Ley |
De leyes sabemos poco. Ni de la física, ni de
la química, ni de constituciones, estatutos o similares. Hemos oído hablar de
ellas, sabemos “de que van” (en algunos casos)… pero hay una que nos persigue,
es la Ley de Murphy. La RAE enumera hasta 12 acepciones diferentes para el
concepto ley, así que esta, por sencilla que sea, la podemos considerar como
una de ellas (¡y casi tan universal como la de la gravedad!).
“Todo
lo que puede suceder, sucede. Si algo puede salir mal saldrá mal”. Por lo tanto si hay muchas opciones de que
algo salga mal, saldrá mal.
¿Vemos algunos ejemplos?
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Corredores US Postal, en 2001 |
Allá por el comienzo de la
primera década del SXXI tuve la suerte de poder dedicarme a entrenar, a buscar
mis límites físicos y psicológicos. Tuve la fortuna de pertenecer al equipo
nacional de decathlon y compartir experiencias con atletas
a los que hoy considero algo más que amigos.
En aquella pista de
atletismo entrenábamos con otros muchos atletas, entre los que se encontraba
uno al que llamábamos “Lance”, en clarísima alusión a Amstrong. Lo que les
hacía iguales (al atleta y al ciclista), al menos para nosotros, no era que lo ganaban todo, sino que
iban “hasta las cartolas”. Aquel atleta terminó dando positivo, Lance no. Hay cosas que se "notan", se "sienten" aunque no se sepan y a los dopados se les nota en la cara, las piernas y los resultados.