Decía
James Dean algo así como “muere joven y deja un cadáver bonito”.
No tuvo ocasión de desdecirse. Yo soy más de vive todo lo que
puedas y que, al final de tu vida, tu cuerpo no lo quieran ni para el
Plan Renove.
El
cuerpo humano es una máquina fantástica, tal es así que nuestra
tecnología no ha sido capaz de fabricar nada que se le parezca. Y
esa fabulosa máquina se ha desarrollado para usarse. Por eso la
principal lacra de nuestra sociedad (occidental) es el sedentarismo,
porque “ataca” directamente al núcleo y razón de nuestra
existencia.
Pero
dejemos los Cerros de Úbeda, tan transitados últimamente. Si el
cuerpo se usa, y se usa de manera “intensiva”, rompe por el
eslabón más débil, se lesiona. Y bendita rotura.
Si,
bendita rotura porque eso significa que se “usa”, que estamos
vivos. Al grano, las lesiones pueden ser producto de varias circunstancias:
-
Una mala preparación de base: Sea por falta de ejercicio en la
infancia (de eso vamos a ver más cada año que pase) o por una falta
de preparación general antes de un trabajo más tecnificado. De la
primera parte podemos responsabilizar a poderes públicos de manera
general e indirecta y a la familia y entrenadores y preparadores si queremos ser más directos y
concisos.
-
Lesiones propias de una modalidad en concreto: por el gesto técnico,
por la cantidad de repeticiones, por una mala técnica...
-
Predisposiciones personales a lesiones concretas por cuestiones
anatómicas, fisiológicas...
-
Accidentes: provocados por alguna de las circunstacias
anteriores a las que se suma la mala fortuna. A veces la mala fortuna
sola.
Pero
la lesión forma parte del proceso del entrenamiento. Y el deportista
debe estar preparado para ello. Me atrevería a decir que la lesión
influye más negativamente en el estado de ánimo del deportista que
la derrota. Así que, lo mismo que se dice que hay que saber
ganar y perder, hay que saber que la lesión forma parte de esto, hay que saber estar lesionado.
Por
lo tanto, hay que deducir la posibilidad de lesión:
-
Con una buena base, sea polideportiva y de carácter general como de
entrenamiento multifacético y de preparación mirando al entreno futuro...
-
Se debe enseñar la técnica de una manera eficiente para que sea
poco lesiva.
-
Hay que conocer los puntos débiles de un deportista, para fortalecer
ese eslabón.
-
Hay que evitar los accidentes ¿Cómo? Evitando prácticas deportivas
(o no) de riesgo, no usando técnicas/juegos de entrenamiento que no
se controlen o puedan generar situaciones impredecibles.
Y
sobre todo, entrenadores, directivos, familia,... hay que acompañar al deportista
en la lesión, para que se sienta respaldado.
¿Y
si no se puede evitar la lesión? Se adapta el entrenamiento para:
-
Mantener la forma en la medida de lo posiblemente.
-
Aprovechar y reducir debilidades y amenazas.
- Se buscan buenos profesionales de la medicina y la fisioterapia, que no todos valen...
-
Y que el deportista sienta que avanza, de otra manera, a otro ritmo,
con otros objetivos... pero que avanza.
¿Conocéis
deportistas que han dado lo mejor de si mismos después de lesiones
graves? Yo a muchos.
Es
opinión, espero vuestros comentarios.
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